El hallazgo de los restos de Alcides Martínez se produjo tras una investigación llevada a cabo por los propios líderes de la comunidad indígena, quienes, alertados por rumores sobre el crimen, denunciaron el caso ante la Policía. Los efectivos del Puesto Policial 23 de la colonia Puendy, con el apoyo de la oficina de Investigaciones de Capitán Bado, realizaron una incursión el pasado martes, logrando localizar los restos óseos de la víctima en un esteral a unos 300 metros de la vivienda donde habría ocurrido el hecho.

Según las primeras investigaciones, el crimen habría ocurrido el domingo 23 de febrero, cuando Alcides Martínez, quien anteriormente vivía en la comunidad pero se había mudado a Canindeyú, regresó de visita. Ese día, el joven habría estado compartiendo con sus parientes, Juan Arévalos Báez y Arístides Martínez Báez. En un momento dado, se desató una pelea, y uno de los presentes lo atacó con un machete, causándole un golpe mortal en la cabeza que le partió el cráneo. Posteriormente, el cuerpo fue arrojado al esteral, donde permaneció durante tres semanas, siendo devorado por animales.

Los agentes policiales confirmaron que, aunque solo se encontraron restos óseos, en lo que quedaba de la cabeza de la víctima se podía observar claramente el impacto del machetazo. Tras la recolección de evidencias y testimonios, los dos indígenas que compartieron con Alcides Martínez aquel día fueron detenidos por orden del Ministerio Público, convirtiéndose en los principales sospechosos del crimen.